
Los autos eléctricos más vendidos de Argentina: cuando el origen no es lo importante
El Chevrolet Spark EUV lidera el nuevo ranking de eléctricos de ACARA y confirma una tendencia: los argentinos ya no eligen por origen, sino por marca y respaldo.
Talleres tradicionales sin formación, tiempos de espera más largos y costos crecientes forman parte del escenario que se avecina. El primer mundo ya lo está sufriendo. ¿Cómo se repara un híbrido o eléctrico en Argentina?
Investigaciones24/10/2025
JGR


La movilidad eléctrica dejó de ser una promesa de futuro para convertirse en una realidad palpable en las calles de América Latina. Autos híbridos, híbridos enchufables y 100 % eléctricos se incorporan cada vez más al parque automotor, impulsados por políticas ambientales, beneficios impositivos y una oferta creciente por parte de las automotrices.
Sin embargo, el crecimiento de estos vehículos está generando un nuevo cuello de botella: la falta de personal técnico capacitado para su reparación y mantenimiento. Un problema que, si no se aborda a tiempo, podría convertirse en un obstáculo crítico para la transición hacia la movilidad sustentable en la región.
En 2022, se vendieron cerca de 157.000 vehículos electrificados en América Latina, lo que representó un crecimiento del 32,6 % respecto al año anterior, según datos de Frost & Sullivan. Para 2023, esa cifra se incrementó nuevamente, con países como México, Colombia, Brasil y Chile liderando el ranking regional.
Argentina, aunque aún va por detrás en volumen, no está exenta de esta tendencia. En los primeros nueve meses de 2025, según Mobility Portal, los vehículos híbridos representaron casi el 4 % de las ventas totales de 0 km, mientras que los eléctricos puros, aún incipientes, empiezan a ganar terreno con la llegada de nuevas marcas chinas y europeas.
Pero mientras los autos llegan, la pregunta clave es: ¿quién los va a reparar cuando fallen?
Los vehículos híbridos y eléctricos incorporan tecnologías que exceden por completo los conocimientos del mecánico tradicional. No se trata solo de motores silenciosos: estos autos trabajan con sistemas de alta tensión, baterías de litio complejas, software integrado, electrónica de potencia y sensores inteligentes.
“Reparar un híbrido no es solo cambiar aceite o revisar bujías. Acá hay 400 voltios circulando por sistemas que, mal manipulados, pueden ser peligrosos”, advierte Guillermo Salazar, instructor técnico especializado en vehículos eléctricos.
Para trabajar sobre ellos, se requieren no solo conocimientos nuevos, sino también protocolos de seguridad específicos, equipamiento especial (como guantes dieléctricos, elevadores aislados, diagnósticos digitales), y acceso a repuestos certificados.
Este fenómeno no es exclusivo de América Latina. En países como España, un estudio de LinkedIn señaló que solo el 3,3 % del talento del sector automotriz posee habilidades específicas para vehículos electrificados, a pesar de que casi uno de cada cuatro autos vendidos ya es híbrido o eléctrico. En China, el mayor mercado de EV del mundo, la escasez de mecánicos formados ya está generando demoras, sobrecostos y talleres colapsados, según informó Sixth Tone.
En Australia, The Guardian alertó que varias aseguradoras están directamente dando de baja vehículos eléctricos siniestrados, incluso con daños menores, por la falta de talleres capacitados para repararlos. La consecuencia: primas más altas y vehículos que terminan en desuso prematuro.
En África y Rusia, el panorama es aún más desigual: el crecimiento del parque electrificado va muy por delante del desarrollo de infraestructura y formación técnica especializada.
Según MarkNtel Advisors, se estima que el mercado de vehículos híbridos en América Latina crecerá un 6 % anual entre 2023 y 2028. Sin embargo, el sector postventa todavía no está preparado para absorber esa transformación.
Un informe de Aftermarket International advierte que la falta de programas formativos, la escasa inversión en actualización de talleres y la ausencia de certificaciones técnicas específicas podrían convertirse en factores de riesgo para el desarrollo del sector.
“La postventa en América Latina aún está adaptándose. Muchos talleres no tienen la capacitación ni las herramientas para atender un eléctrico. Es un riesgo que puede dañar la confianza del consumidor”, señala la publicación.
En el caso argentino, las señales de alerta ya empiezan a encenderse. Aunque todavía no hay cifras oficiales sobre cuántos técnicos están capacitados para trabajar con autos híbridos o eléctricos, distintas fuentes coinciden en que el número es muy bajo.
Según un estudio de la ONUDI (Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial), Argentina “está en el límite de su capacidad de mantenimiento automotriz” y carece de ingenieros y técnicos especializados para afrontar los desafíos tecnológicos del futuro.
En diálogo con Analista Redactor, un representante de una red de talleres en el interior del país —que prefirió mantener el anonimato— expresó: “Nos llegan autos híbridos y directamente los mandamos a la concesionaria. No tenemos herramientas ni formación. Y no nos da el margen de rentabilidad para reconvertirnos”.
En una entrevisa realizada por Mundosuv.com a un especialista del sector, nos decía:
"Los talleres tradicionales aún tienen mucho mercado con los vehículos a combustión y un margen muy ajustado como para invertir en formación en nuevas tecnologías híbridas. Vemos que los híbridos y eléctricos están haciendo mucha publicidad pero todavía les falta mucho para ser un éxito en ventas. Los vehículos en la calle no son muchos, la mayoría son nuevos, por lo general son tecnologías bastante seguras que tienen larga vida útil y no fallan de forma masiva.Todo este conjunto de factores hace que los talleres no sientan necesidad de atender estos vehículos.
En ciudades alejadas de las grandes metrópolis, la situación es aún más crítica: muchos talleres no han visto nunca un híbrido, pero la llegada de estos autos ya empezó a materializarse en flotas corporativas, ventas individuales e incluso remises de alta gama.
El problema de la mano de obra no solo es técnico: también es estructural. Formar a un técnico especializado lleva tiempo, inversión y planificación. Y hoy en Argentina, no hay un sistema de certificación nacional unificado que habilite a talleres para trabajar sobre sistemas de alta tensión.
Aunque existen cursos puntuales —como los ofrecidos por el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) o programas privados—, su alcance es todavía muy limitado y mayormente centrado en grandes ciudades.
“El desafío no es solo capacitar, sino certificar. No cualquiera puede trabajar en un auto de 400 voltios sin riesgo”, explica Salazar. “Necesitamos protocolos oficiales, incentivos para talleres, formación continua y una red de soporte técnico”.
Si la brecha de formación persiste, las consecuencias podrían ser múltiples:
El otro costado del problema es también una gran oportunidad económica. La reconversión técnica de talleres podría generar empleo calificado, mejores ingresos y especialización local en un segmento con alta demanda futura.
Pero para eso, se necesita una estrategia país: fomentar centros de formación técnica, crear certificaciones oficiales, generar alianzas público-privadas e impulsar normativas claras para el reciclaje profesional.
La movilidad limpia en América Latina -y en Argentina particularmente- avanza, pero si no se actúa sobre la infraestructura de reparación y la formación técnica, podría toparse con un freno inesperado: la imposibilidad de dar mantenimiento a los autos del futuro.
La revolución eléctrica no termina en la venta del vehículo: recién comienza cuando toca entrar al taller. Y allí, por ahora, el sistema no está a la altura.
Fuentes:

El Chevrolet Spark EUV lidera el nuevo ranking de eléctricos de ACARA y confirma una tendencia: los argentinos ya no eligen por origen, sino por marca y respaldo.

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