Garantías voluminosas, postventa insuficiente: el engaño legal detrás de comprar autos 0KM en Argentina

La garantía de autos en Argentina promete protección, pero la posventa es deficiente, empujando a los usuarios a talleres no oficiales y perdiendo su respaldo.

24/08/2025JGRJGR
perdiendo la garantía
¿Pierdo la garantía si voy a un taller no oficial?

Cuando uno compra un auto cero kilómetro en Argentina, lo primero que te ofrecen es “la tranquilidad” de una garantía extensa, casi como si fuera un escudo contra cualquier problema. Suena tentador: estás protegido, cualquier falla la cubre la marca. Pero en la práctica, esa promesa muchas veces termina siendo un dolor de cabeza.

La realidad es que las concesionarias y los importadores ponen toda la energía en venderte el vehículo, pero cuando llega la hora de la posventa, la historia cambia. Turnos imposibles de conseguir, repuestos que no aparecen, talleres que te atienden con desgano o directamente te hacen esperar meses para un arreglo sencillo.

Frente a esa situación, muchos usuarios terminan tomando una decisión casi inevitable: llevar el auto a un taller de confianza, donde saben que los van a atender rápido y bien. El problema es que en ese mismo momento, la marca te dice que perdés la garantía.

Así, lo que parecía un beneficio termina en una especie de trampa: estás obligado a depender de un servicio que no funciona como debería, y si buscás otra alternativa más confiable, te dejan afuera del sistema. Todo dentro de un marco “legal” que ampara a las automotrices, pero que deja a los usuarios en una posición muy débil y frustrante.

Cuando Toyota subió la apuesta

Hace unos meses, en Argentina se dio un fenómeno interesante: con la llegada a la escena de los híbridos y eléctricos, Toyota reaccionó rápido lanzando su programa “Toyota 10”, que extiende la garantía de sus vehículos hasta 10 años o 200.000 km. Esto no es chiquito: ahora sus híbridos, además de los autos convencionales, tienen la misma cobertura prolongada.

Obvio que esto puso presión en el resto del mercado. Las marcas nuevas —muchas de origen chino, que ya arrastran cierta desconfianza— no tuvieron otra opción que responder. ¿Cómo? También aumentaron sus garantías para no quedarse atrás.

El objetivo era claro: si te prometen más respaldo, quizás te animás a comprar aunque sea una marca sin historia local.

Pero acá viene el nudo: aunque se vendan como pan caliente (especialmente los modelos híbridos chinos), la gran promesa choca con la cruda realidad. ¿Por qué?

Falta de repuestos básicos: cosas tan esenciales como parabrisas, filtros (aceite, aire), pastillas de freno o amortiguadores escasean. Muchos compradores reportan demoras de semanas o meses por una pieza que debería estar en stock. Por ejemplo, marcas como Haval, BAIC, Chery y Geely vienen creciendo en el segmento SUV, pero no escapan a estos problemas postventa en donde usuarios dejan sus quejas en redes sociales y foros mencionando la larga espera para repuestos que pueden inutilizar sus vehículos.

Sumado a esto, los talleres oficiales parecen compartir una misma condición, la falta de capacitación de sus mecánicos y personal que no abunda.

Pero este problema no solo se ve en las marcas chinas

Foros y redes sociales están llenos de relatos de propietarios que describen una prometedora garantía que luego se diluye en un servicio deficiente:

En un hilo sobre Chevrolet, un usuario contaba: “Chevrolet me informó que haciendo el service fuera del los oficiales se pierde la garantía… … son responsables a mi criterio.”
Varios comentarios recomendaban acudir a Defensa del Consumidor, e incluso relataron haber ganado juicios contra la marca.

Un caso emblemático en el foro AutoAlDía sobre Peugeot: “El postventa Peugeot es pésimo... Pedís un turno y te dan para un año... te tratan como si te hicieran un favor.”

Otro testimonio relataba: “Tuve Ford Ecosport y Focus, Postventa malísima… terminé llevando a los services a ex empleados… donde te atienden como si fuera el Quicklane de Ford… todo a la vista y mucho más barato…”

En relación con Volkswagen, múltiples usuarios denunciaron repuestos escasos, atención lenta y elevada informalidad: “Muy mala la atención al cliente… pérdida de aceite… hacen pasar un mes y siguen sin solucionarlo.”

Finalmente, en medios especializados advertimos sobre las marcas de autos chinos: “Muchos usuarios se enfrentan a problemas concretos: falta de repuestos, servicios técnicos limitados, meses para un service, años para un repuesto…”

Existe un patrón claro: altas expectativas por garantías, insatisfacción real por postventa lenta o ineficiente, escasez de repuestos y limitaciones geográficas en servicios oficiales. ¿Casualidad o causalidad?

haval servicio[Actualización 22/05/24] Haval sin repuestos en Argentina: La odisea del service

Una estrategia “oscura”

Piense el lector un momento y haga una hipótesis con nosotros: Venden autos con garantías atractivas, pero luego el servicio es tan malo que muchos usuarios terminan yendo a talleres no oficiales —perdiendo así la garantía.

Qué gana la marca o concesionaria con esta mecánica.

  1. Control del proceso de posventa. Obligan al usuario a acudir a su red oficial, manteniendo todos los procesos internos bajo su dominio. Aplicando sobre precios a la mano de obra por ser "oficiales" y a los repuestos porque están bajo su órbita.
  2. Reducción de costos ocultos. Cuando el servicio es tan malo o lento, favorece que el usuario pierda la garantía por llevar su vehículo a talleres no oficiales.
  3. Desincentivo indirecto. Si resulta costoso o frustrante usar la garantía, disminuye la carga financiera para la empresa.
  4. Responsabilidad limitada. La ley argentina exige la garantía, pero no obliga a que sea eficiente o accesible. Siempre y cuando exista un taller oficial en el contrato, están cumpliendo.

¿Es un pensamiento coherente? Sí, es una línea de acción que, aunque no necesariamente explícita, puede derivarse del modelo de negocio y del marco legal actual. El usuario es llevado hacia la frustración para elegir un servicio no oficial y así perder el respaldo de la garantía, desligando a la marca de cualquier posterior reclamo o falla del vehículo. 

Es lamentablemente lógico y frecuente en varias industrias donde el servicio posventa no está a la altura de la venta.

Historias oscuras de la industria

Ya existen casos como estos documentados en donde la industria automotriz usó técnicas reprochables para su beneficio.

José Ignacio López de Arriortúa – El "Lopez Effect"
Ex ejecutivo de GM y luego VW, López impulsó una política agresiva de reducción de costos en la cadena de suministros conocida como "Lopez Effect". Según relatos: Presionaba sin miramientos a proveedores para bajar precios, incluso usando tácticas como divulgar secretos para manipular licitaciones. Esta estrategia terminó deteriorando la calidad de los insumos, mostrando cómo una estrategia de “ahorro a ciegas” puede desencadenar consecuencias negativas en cadena.

Katsuhiko Kawasoe y el encubrimiento de defectos en Mitsubishi
El ex CEO de Mitsubishi Motors, Kawasoe, protagonizó uno de los mayores escándalos corporativos en Japón: Reconoció públicamente que la empresa había encubierto informes sobre defectos de sus vehículos durante décadas. Esto no solo generó desconfianza masiva, sino que dejó al descubierto una cadena entera donde se priorizaba la imagen por encima de la seguridad y el derecho del consumidor.

La venta encubierta del aftermarket posventa
Un artículo de Harvard Business Review destaca una realidad: “La mayoría de las compañías o no saben cómo o no se preocupan por brindar un servicio postventa eficaz.” Es decir, las automotrices priorizan la venta del vehículo, pero relegan el soporte posterior—un riesgo latente que impacta directamente al consumidor.

¿Qué dice la ley argentina?

La Ley de Defensa del Consumidor (Ley 24.240) obliga a ofrecer garantía, y protege al consumidor frente a demoras injustificadas o atención deficiente. Por ejemplo, en un fallo contra General Motors, el fabricante fue condenado a indemnizar por la demora en la reparación durante la garantía de un vehículo 0 km, incluso por daños morales.

En otro fallo, se estableció que si la concesionaria no realiza las reparaciones necesarias o lo hace de forma negligente, también se da lugar a indemnización.

A pesar de ello, los talleres no oficiales generalmente implican la pérdida de la garantía, aunque según expertos, esa cláusula es potencialmente abusiva si no se justifican técnicamente los motivos.

La ley nacional obliga a importadores y marcas a ofrecer garantías sobre los vehículos vendidos. Pero permitir que solo los talleres oficiales las ejecuten genera una situación donde el control del servicio posventa se convierte en un arma de doble filo: por un lado, el usuario tiene respaldo; por otro, enfrenta barreras reales (demoras, precios excesivos, falta de confianza) que lo empujan a acudir a talleres de confianza, perdiendo la garantía y quedando en una situación frágil.

¿Por qué los autos solo se pueden “serviciar en el oficial”?

Si nos ponemos a pensar, esto de que las marcas exijan que solo sus talleres hagan los servicios para mantener la garantía no apareció de la nada: tiene raíces corporativas bien estratégicas.

Orígenes en el siglo XX

Desde principios del siglo XX, grandes fabricantes como Ford impulsaron una red de talleres certificados, con precios estandarizados y piezas exclusivas, para monopolizar la posventa y asegurar la calidad. Es decir, si querías un repuesto “original”, solo lo conseguías allí.

El “escudo de los concesionarios”

Al mismo tiempo, se creó un sistema de franquicias donde los concesionarios eran intermediarios privilegiados, protegidos por leyes de "dealer franchises". Con le Marcelo Arriortúa y el “Lopez Effect” impulsando recortes de costos, las concesionarias se convirtieron en una barrera casi impenetrable para cambios en el sistema.

Modernización vs. control

Cuando General Motors lanzó el programa “Mr. Goodwrench” (hoy conocido como GM Certified Service), fue para reforzar estándares de posventa: formación técnica, herramientas específicas, repuestos disponibles. Así reforzaban la idea del “servicio exclusivo y confiable”.

¿Y hoy qué pasa?

Aunque el consumidor, en teoría, puede llevar el auto a cualquier taller sin perder la garantía, las marcas suelen ponerte trabas: dicen que si no tenés el registro oficial, podría invalidarse alguna cobertura. La realidad es que deben demostrar que el taller externo causó el daño, como estipula la ley estadounidense Magnuson‑Moss Warranty Act.

En Europa, la cosa avanzó un paso más cuando entró en vigencia el Block Exemption Regulation de la Unión Europea (2003–2010), que reconoce el derecho del consumidor a usar talleres independientes sin perder la garantía, siempre que respeten las condiciones técnicas.

¿Estrategia o abuso?

Si lo pensamos fríamente, tiene cierta lógica que una marca —sabiendo que un porcentaje de sus autos va a tener fallas— busque minimizar su responsabilidad para achicar costos. Desde el punto de vista empresarial, es casi un movimiento obvio: menos gastos en reparaciones, menos presión sobre el sistema de posventa, más ganancias.

Pero que sea lógico no significa que sea ético. En el medio queda el usuario, que compró un cero kilómetro justamente para sentirse respaldado y no para andar rogando por un repuesto básico o aguantando meses de espera por un arreglo.

Y esto pasa porque la ley lo permite. En Argentina, la normativa obliga a dar garantía, sí, pero deja en manos de la marca definir sus términos y condiciones. Así, el importador o concesionaria puede imponer que solo sus talleres oficiales hagan los servicios, incluso si esos talleres no tienen la capacidad o la voluntad real de responder. En teoría, la Ley de Defensa del Consumidor debería protegernos de este tipo de abusos, pero en la práctica el vacío legal juega a favor de las automotrices.

Entonces, ¿cuál sería la salida?

No sumar más trabas o leyes que después nadie cumple. La clave estaría en abrir el juego a talleres autorizados e independientes: si un taller registrado puede demostrar que tiene personal capacitado y cumple con los estándares de la marca, ¿por qué no podría hacer el service sin que eso implique perder la garantía?

Esto equilibraría la balanza:

El consumidor mantendría su derecho a la garantía.
Los talleres independientes ganarían competitividad.
Y las marcas se verían obligadas a sostener un nivel de posventa más digno, porque ya no tendrían el monopolio del “taller oficial”.

La confianza no debería depender de un sello en la puerta, sino de la calidad real del servicio.

Cambiemos las reglas, exigir al estado.

Siempre deberíamos poder elegir un taller de confianza para el mantenimiento sin perder el derecho a garantía, siempre que cumpla con los estándares requeridos, sin trampas ni grises. La ley debería adaptarse para garantizar que el cumplimiento técnico, no el lazo contractual con concesionarias, sea el criterio determinante. Así se preservaría el derecho del consumidor y se fomentaría un mercado más justo, transparente y eficiente.

Al final, todo este tema de las garantías y la posventa en Argentina muestra algo más grande que la simple falta de repuestos o la mala atención en los talleres oficiales. Es el reflejo de una relación desbalanceada entre las marcas, las leyes y los consumidores.

Las automotrices encontraron un espacio cómodo: venden autos con garantías llamativas, pero después limitan su cumplimiento con condiciones que los favorecen. Y como la ley lo permite, el usuario queda atrapado entre esperar meses un repuesto o perder la garantía por ir a un taller confiable.

Esto, en definitiva, no es solo un problema de autos: es un problema de cómo entendemos la protección al consumidor. Si de verdad queremos un mercado más justo y transparente, la solución no es llenar de nuevas leyes que después se esquivan, sino darle poder de elección al usuario.

Si un taller registrado y capacitado puede demostrar calidad en su servicio, debería poder hacer un mantenimiento o reparación sin que eso implique perder la garantía. Así, el consumidor recupera control, los talleres independientes ganan terreno y las marcas se ven obligadas a mejorar de verdad su posventa.

Porque la confianza no se construye con folletos que prometen 10 años de garantía, sino con respuestas rápidas, repuestos disponibles y un servicio que haga sentir al cliente que realmente está cuidado.

Casos y fuentes

Caso judicial: Hassen c/ Motorsport S.A. (2017)
Descripción: La Cámara de Apelaciones de Mendoza condenó a una concesionaria por un servicio posventa deficiente. No realizó las reparaciones necesarias tras un service de rutina, lo que derivó en daños al motor del vehículo, generando responsabilidad civil.
Fuente: aldiaargentina.microjuris.com

Pinilla c/ Capillitas S.A. y Renault Argentina (Córdoba, junio 2022)
Descripción: Vehículo 0 km con falla de motor al día siguiente de su entrega. La concesionaria y el fabricante fueron responsables por entregar un auto en mal estado. Se estableció derecho a indemnización, vehículo nuevo y daños punitivos.
Fuente: Microjuris

Demora en reparación de vehículo 0 km (2017)
Descripción: La concesionaria y el fabricante fueron responsabilizados por demoras en la reparación de un vehículo comprado como nuevo.
Fuente: Microjuris

Volkswagen S.A. y concesionaria vs. Defensa del Consumidor (2019, Buenos Aires)
Descripción: El consumidor reclamó varias veces por un techo corredizo defectuoso. La Cámara de Apelaciones confirmó sanción contra fabricante/concesionaria por incumplir condiciones óptimas de garantía (art. 17 LDC).
Fuente: Juristeca (Jusbaires)

BMW y Patagonia Motor S.A. (2006/2015)
Descripción: El consumidor exigió sustitución del vehículo defectuoso tras repetidas fallas. Primera instancia favorable, segunda rechazó; el caso siguió en apelación ante SCBA.
Fuente: UCU

Garantía caducada por service fuera del oficial (2022)
Descripción: La Justicia dictaminó que la garantía de un auto caducó porque el motor se arregló fuera del servicio oficial. Caso citado en Diario Judicial.
Fuente: Todo Riesgo

Automotriz de lujo: indemnización por fallas (2023)
Descripción: Una marca de lujo y un concesionario fueron condenados a indemnizar a un cliente por un vehículo defectuoso que comprometía la calidad del servicio posventa.
Fuente: El Cronista

Menciones en medios:
Autodata Argentina (junio 2025): Un artículo titulado "¿Vale la pena? Las desventajas de comprar un auto chino en Argentina" detalla específicamente que: La disponibilidad de repuestos originales es el talón de Aquiles, con demoras de semanas o meses y costos elevados.
El servicio postventa frecuentemente es limitado, especialmente fuera de los principales centros urbanos.

AutoXArg (agosto 2025): En una nota sobre la calidad de los autos chinos, se reconoce que aunque la calidad ya compite con marcas globales, la red de servicios y la disponibilidad de repuestos aún está en expansión y puede generar demoras en la atención, especialmente fuera de China. Además, los costos elevados de refacciones y mantenimiento son señalados como factores de riesgo.

Wikipedia – El derecho a reparar: Afirma que desde la década de 1910, Ford estableció redes oficiales y piezas originales obligatorias, lo cual dificultó el trabajo de talleres independientes y limitó el acceso a repuestos fuera del sistema oficia

Estudio académico: "La Postventa Automotriz en el Mercado Argentino" (MBA UTDT, 2020)
Descripción: Tesis de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) que analiza la postventa como un pilar estratégico del modelo de negocio automotriz en Argentina. Destaca que representa una unidad con márgenes mayores que la venta de 0 km y funciona de manera anticíclica, apuntando a la retención del cliente dentro de la red oficial.
Fuente: Repositorio digital UTDT

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