Desde sus orígenes humildes hasta lograr ser uno de los hombres más ricos de China sólo apostando al esfuerzo y al trabajo rentable.
07/08/2025
CAM
En este artículo examinaremos la trayectoria de Wang Chuanfu, un mega y super exitoso empresario chino.
Y lo haremos desde sus orígenes como químico hasta su posición actual como líder de BYD, un conglomerado global en vehículos eléctricos y baterías utilizadas en grandes marcas a nivel mundial.
Destacaremos su profunda visión técnica, siendo su enfoque científico una de las razones principales por las que BYD lidera el mundo en baterías y vehículos eléctricos.
Indaguemos a Wang Chuanfu hasta su actualidad, centrada en la expansión internacional y la conversión de su marca en premium, así como los desafíos del mercado a los que se enfrenta.
Wang Chuanfu, nacido en 1966 en la provincia de Anhui, China, es una figura central en la revolución de los vehículos eléctricos.
Sus primeros años estuvieron marcados por la adversidad, habiendo quedado huérfano en su adolescencia y dependiendo del apoyo de sus hermanos mayores para su educación.
Esta experiencia formativa inculcó en él una profunda resiliencia y una determinación inquebrantable que lo impulsarían a la cima del mundo automotriz. Esta historia personal no es meramente un detalle biográfico, sino un factor fundamental que contribuye a su estilo de liderazgo, a la cultura corporativa de perseverancia de BYD y a su búsqueda incansable de eficiencia e innovación.
Su conocida ética de trabajo, que incluye semanas laborales de 70 horas, subraya aún más esta característica.
Su formación académica sentó las bases de su futuro éxito. Wang obtuvo una licenciatura en química física metalúrgica, seguida de una Maestría en Ingeniería de Materiales.
Esta especialización en química física y ciencia de materiales le proporcionó una comprensión profunda de la tecnología de baterías a un nivel fundamental.
Antes de fundar BYD, Wang Chuanfu se desempeñó como ingeniero y subdirector en el Instituto General de Investigación de Metales No Ferrosos de Beijing entre 1990 y 1995, centrándose en metales de tierras raras cruciales para baterías y electrónica.
En 1995, a la edad de 29 años, Wang Chuanfu fundó Shenzhen BYD Industrial Co., Ltd. (ahora BYD Company), con un pequeño equipo de 20 personas y un capital prestado de aproximadamente 352.000 dólares de un primo o amigo.
Esta decisión de dejar una posición de investigación estable y fundar BYD fue directamente influenciada por su observación de una oportunidad de mercado: las empresas japonesas estaban dejando de producir baterías de níquel-cadmio, creando un vacío en el suministro.
Esto demuestra una aguda perspicacia empresarial más allá de su formación científica; no sólo identificó un problema técnico, sino una oportunidad comercial que su experiencia técnica específica estaba singularmente posicionada para explotar.
BYD fue fundada formalmente el 10 de febrero de 1995, como Shenzhen BYD Battery Company Limited, con un enfoque inicial en la producción de baterías recargables de níquel-cadmio.
Wang implementó un enfoque de fabricación disruptivo que incorporaba más mano de obra, contrastando fuertemente con los procesos altamente automatizados y de capital intensivo prevalecientes en Japón.
Este método, combinado con la producción interna de maquinaria clave, permitió a BYD reducir los costos unitarios en aproximadamente cinco o seis veces en comparación con sus competidores japoneses.
Esta no fue solo una cuestión de mano de obra barata; fue un enfoque deliberado y diseñado para la eficiencia de fabricación que, en efecto, replicaba funciones robóticas con mano de obra humana, ya que Wang "organizó la mano de obra y los accesorios de una manera eficiente que lograba funciones robóticas”.
La producción rentable y la calidad de BYD atrajeron a importantes clientes globales, incluyendo Sanyo (1996), Philips, Panasonic, Motorola y Nokia (finales de los 90 y principios de los 2000).
BYD se estableció rápidamente como el mayor productor de baterías recargables en China.
La profunda comprensión de Wang como químico de baterías significó que las producidas por BYD eran "muy superiores" y más baratas, lo que llevó a algunos competidores a convertirse en proveedores de BYD.
Este éxito temprano en la producción de baterías rentables y de alta calidad proporcionó el capital financiero y, lo que es más importante, una competencia central en eficiencia de fabricación e integración vertical que BYD pudo aplicar estratégicamente a la industria automotriz, mucho más grande y compleja.
Wang Chuanfu es descrito como un "experto en baterías" y un "químico de baterías de corazón", cuya formación académica en química física metalúrgica sentó las bases de sus conocimientos.
Su papel se extiende más allá de la gestión; está "activamente involucrado en los avances tecnológicos de los sistemas de baterías de BYD", empleando un "enfoque práctico" para asegurar que la compañía se mantenga a la vanguardia de la tecnología de baterías.
Wang ha cultivado una "cultura de ingeniería" en BYD, aprovechando el "bono de ingeniería" de China, que es la mayor reserva de talento científico y de ingeniería del mundo.
La enorme fuerza laboral de I+D de BYD, que incluye 104.003 empleados en I+D a septiembre de 2024 y más de 120.000 para marzo de 2025, subraya este compromiso.
La agudeza tecnológica de Wang le permite desarrollar una visión y una estrategia a largo plazo, siendo descrito como un "profeta y un viajero en el tiempo" que puede mantener el enfoque estratégico a pesar de las fluctuaciones del mercado.
A Wang lo describen como "una combinación de Thomas Edison y Jack Welch", destacando su capacidad para resolver problemas técnicos y ejecutar de manera efectiva.
Afirman que es el "mejor en la fabricación real de cosas que Elon [Musk]".
Esta rara y potente sinergia de profunda comprensión científica y ejecución operativa sin igual es un diferenciador crítico para BYD.
Wang fue "uno de los primeros en ver el potencial de mercado de las baterías de fosfato de hierro y litio" (LFP).
Mientras otros se centraban en químicas de mayor densidad energética, BYD, bajo la dirección de Wang, "insistió durante mucho tiempo en el desarrollo de baterías de fosfato de hierro y litio", reconociendo su seguridad inherente y menor costo.
El posterior desarrollo de la Blade Battery, un avance importante para la industria de los Vehículos Eléctricos, fue lanzado por BYD en marzo de 2020.
Las baterías LFP se utilizan ahora en casi la mitad de todos los vehículos eléctricos nuevos.
La Blade Battery utiliza LFP como material catódico, lo que ofrece un nivel de seguridad mucho mayor que las baterías de iones de litio convencionales debido a su excelente estabilidad térmica y al hecho de que no libera oxígeno durante la fuga térmica.
La Blade Battery ha superado las pruebas de seguridad más rigurosas, incluida la "Prueba de Penetración de Clavos", considerada "El Monte Everest" entre las pruebas de baterías.
Durante esta prueba, la Blade Battery no emitió humo ni fuego, y su temperatura superficial solo alcanzó entre 30 y 60 grados Celsius.
Esto contrasta drásticamente con las baterías NMC (que superaron los 500°C y se quemaron violentamente) y las baterías de bloque LFP convencionales (que alcanzaron entre 200 y 400°C) en las mismas condiciones.
También resistió aplastamientos, dobleces, calentamiento en un horno a 300°C, sobrecarga del 260% y ser atropellada por un camión de 46 toneladas, todo sin fuego ni explosión. BYD nunca ha tenido un retiro de baterías.
La previsión científica de Wang al defender la química LFP, combinada con la destreza de ingeniería de BYD para innovar su estructura y empaquetado, convirtió una debilidad percibida (la menor densidad energética de LFP) en una ventaja competitiva fundamental.
Este enfoque en la seguridad y la fiabilidad, arraigado en su formación en química, generó una inmensa confianza en el consumidor y permitió a BYD producir vehículos eléctricos accesibles pero altamente seguros para el mercado masivo, un factor clave en su liderazgo global.
Desde abril de 2021, todos los vehículos eléctricos puros de BYD vienen equipados con Blade Batteries, y la prueba de penetración de clavos se ha adoptado como un estándar de marca.
La visión de Wang Chuanfu ha guiado a BYD a la cima. Su estrategia de integración vertical, produciendo internamente desde los semiconductores hasta los sistemas de asistencia al conductor, le ha permitido controlar los costos y la calidad como ninguna otra compañía.
A partir de 2024, BYD superó a Tesla para convertirse en el mayor vendedor de vehículos eléctricos del mundo.
En 2025, Wang Chuanfu, como presidente y director ejecutivo de BYD, se enfrenta a nuevos desafíos y oportunidades. Ha enfatizado que la compañía está "tres a cinco años por delante" de sus competidores extranjeros en tecnología de vehículos eléctricos.
Sus planes para 2025 incluyen una expansión internacional agresiva. Wang ha declarado su objetivo de casi duplicar las ventas en el extranjero, apuntando a más de 800,000 unidades y estableciendo fábricas de ensamblaje locales en mercados clave como América Latina y el sudeste asiático para sortear las barreras arancelarias.
Para 2025, la compañía está invirtiendo fuertemente en sus marcas de lujo Yangwang, Denza y Fang Cheng Bao, con el objetivo de captar un mayor margen de beneficio y competir directamente con los fabricantes de alta gama en el mercado global.
Aunque BYD ha sido históricamente conocida por su hardware de baterías, Wang está impulsando la inversión en software y sistemas de asistencia al conductor.
En 2025, se ha comenzado a implementar sistemas de conducción autónoma avanzados (como DiPilot) de forma gratuita en modelos seleccionados, demostrando un compromiso con la innovación en todas las áreas del vehículo.
El legado de Wang Chuanfu se basa en su profundo entendimiento de la ciencia y su aplicación práctica para resolver los problemas de la movilidad moderna.
Su filosofía de "tecnología por encima de todo" ha transformado a BYD en una potencia global y ha sentado las bases para el futuro de la industria de los vehículos eléctricos.
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