
La marca RAM organiza sus pick-ups según capacidad de carga, versiones y ediciones históricas como Power Wagon. Te contamos cómo leer su nomenclatura y qué significa cada denominación.
Hay tres maneras a nivel global de determinar la cantidad estimada de kilómetros que puede recorrer un auto eléctrico. Conocé este factor decisivo de compra.
26/08/2025Con el objetivo principal de desmitificar las cifras de autonomía publicadas por los fabricantes de vehículos eléctricos (VE) a través del análisis detallado de los tres principales ciclos de prueba globales, que son: el Nuevo Ciclo de Conducción Europeo (NEDC), el Procedimiento de Prueba de Vehículos Ligeros Armonizado a Nivel Mundial (WLTP) y el estándar de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).
Demostraremos que estas nomenclaturas no son una medida de autonomía absoluta, sino herramientas estandarizadas con grados de realismo significativamente distintos.
El hallazgo clave del análisis es que en contextos como el del mercado argentino, por ejemplo, el estándar WLTP se ha convertido en la norma de estándar para la comunicación de la autonomía.
Esto no se debe a una regulación local explícita que exija su uso, sino que es una consecuencia directa de la política de homologación del país, que simplifica los trámites para los vehículos importados desde mercados que ya operan bajo esa certificación.
Si bien el WLTP ofrece una aproximación mucho más fiel a la realidad que su predecesor, el consumidor debe interpretarlo como un valor de referencia para la comparación entre modelos y no como una garantía de rendimiento en el uso cotidiano.
La transición global hacia la movilidad eléctrica ha posicionado a la autonomía de la batería como una de las especificaciones más críticas para compradores, analistas de la industria e inversores.
Sin embargo, la cifra de autonomía publicada en catálogos y sitios web de fabricantes es a menudo una fuente de confusión y expectativas poco realistas.
Trataremos de proporcionar un marco de referencia técnico y contextual para comprender qué representan realmente las nomenclaturas NEDC, WLTP y EPA.
Al profundizar en las metodologías de prueba, sus limitaciones y su aplicación en el mercado, se busca ofrecer una perspectiva que permita a los interesados tomar decisiones más informadas y comprender el panorama técnico y regulatorio de la industria.
La autonomía de un vehículo eléctrico es una variable dinámica que se ve afectada por una multitud de factores que los ciclos de prueba estandarizados intentan controlar, pero que en la realidad no pueden replicar por completo.
Elementos como el estilo de conducción (aceleración y frenado), la velocidad sostenida en autopista, la topografía del terreno, el uso de sistemas de climatización y la temperatura ambiente influyen drásticamente en el consumo de energía y, por ende, en la distancia que un vehículo puede recorrer con una sola carga.
La cifra de autonomía publicada, en su esencia, es un valor de referencia obtenido en un entorno de laboratorio. La brecha entre este número y la experiencia real de uso crea un desafío significativo, tanto técnico como de comunicación.
Los fabricantes se ven obligados a publicar el valor homologado, que se convierte en una herramienta de marketing crucial, pero que puede generar una disonancia cognitiva en el consumidor que espera replicar ese rendimiento en sus trayectos diarios.
La existencia de múltiples estándares con metodologías diferentes y resultados dispares contribuye a esta ambigüedad, lo que subraya la necesidad de un análisis comparativo y contextualizado de cada uno de ellos.
El Nuevo Ciclo de Conducción Europeo, o NEDC por sus siglas en inglés, fue el estándar de homologación de consumo de combustible y emisiones para vehículos en Europa desde 1997 hasta su desuso en 2018.
Concebido en una época en la que la industria automotriz y los hábitos de conducción eran muy diferentes, este ciclo se realizaba en un entorno cerrado y altamente controlado. Sus características metodológicas lo hacían poco representativo del uso real de un vehículo.
La prueba del NEDC duraba solo 20 minutos y cubría una distancia de 10.93 kilómetros. La velocidad media era notablemente baja, de 33.35 km/h, y la velocidad máxima alcanzaba los 120 km/h, aunque durante un tiempo muy limitado en un ciclo que se dividía en un 66% de conducción urbana y un 34% interurbana.
Para la medición, los vehículos se cargaban únicamente con el equipamiento básico de serie, con el objetivo de reducir el peso y optimizar los resultados.
Además, los cambios de marcha se realizaban en puntos fijos, lo que eliminaba la variabilidad inherente a la conducción real.
Debido a estas condiciones ideales y poco realistas, se ha documentado que el ciclo NEDC sobreestimaba la autonomía de los vehículos eléctricos en un rango del 25% al 30% en comparación con el rendimiento en el mundo real.
Su obsolescencia y la creciente brecha entre las cifras homologadas y las reales llevaron a su progresiva sustitución por un estándar más moderno.
En respuesta a las críticas sobre la falta de realismo del NEDC, se introdujo el Procedimiento de Prueba de Vehículos Ligeros Armonizado a Nivel Mundial, el WLTP (por sus siglas en inglés).
Este protocolo internacional entró en vigor el 1 de septiembre de 2017 y buscaba ofrecer datos de consumo y emisiones más cercanos a la realidad al simular condiciones de conducción cotidianas de manera más precisa.
El WLTP presenta mejoras significativas sobre su predecesor. El ciclo de prueba es más largo, con una duración de 30 minutos y una distancia de 23.25 kilómetros, casi el doble que el NEDC.
La velocidad media y máxima también se incrementaron a 46.5 km/h y 131 km/h, respectivamente.
A diferencia de las dos fases del NEDC, el WLTP consta de cuatro fases de conducción (Low, Medium, High y Extra-High) que buscan una dinámica de conducción más realista con más aceleraciones y frenados.
Otra innovación clave es que el test tiene en cuenta el equipamiento opcional del vehículo, como ruedas más grandes o spoilers, que afectan directamente a la resistencia a la rodadura y la aerodinámica.
Los puntos de cambio de marcha ya no son fijos, sino que se calculan específicamente para cada modelo, lo que aporta un grado de realismo superior.
Adicionalmente, el protocolo WLTP en Europa se complementa con pruebas en condiciones reales de conducción (RDE), donde se utilizan sistemas portátiles (PEMS) para medir las emisiones de gases de escape en carretera, lo que refuerza el objetivo de obtener resultados más precisos.
En Estados Unidos, el organismo encargado de la homologación de la autonomía de los vehículos es la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés).
El método de prueba de la EPA es reconocido por su rigor y es considerado por muchos como el que ofrece la estimación más cercana a la autonomía real del conductor en condiciones de uso habitual en autopista.
La metodología de la EPA para vehículos eléctricos es particularmente exhaustiva. El proceso más común, el "multi-cycle test", implica someter al vehículo a ciclos de conducción de ciudad (UDDS) y de autopista (HWFET) de manera sucesiva en un dinamómetro, hasta que la batería se agota por completo.
Esta aproximación es fundamental para obtener una cifra de autonomía confiable. Además, el test incluye ciclos suplementarios que simulan condiciones de uso extremo, como la conducción con aire acondicionado en clima cálido (SC03) o en condiciones de clima frío a -7 °C.
El método de cálculo de la EPA también es minucioso, ya que considera la energía de recarga, incluyendo las pérdidas de energía por ineficiencias del cargador.
A diferencia de los estándares europeos que se centran en la conducción urbana y suburbana, el ciclo EPA enfatiza más la conducción en autopista, lo que resulta en estimaciones más representativas para los hábitos de conducción de los automovilistas estadounidenses.
La combinación de estas pruebas exigentes y un enfoque en escenarios más diversos del mundo real hace que el ciclo EPA sea visto como "más estricto, un poco más realista y sobre todo mucho más transparente" que el WLTP.
La disparidad en las cifras de autonomía entre los diferentes estándares de prueba es una consecuencia directa de las variaciones en sus metodologías.
Comprender estas diferencias es crucial para interpretar correctamente los datos publicados por los fabricantes.
La siguiente tabla presenta una comparación técnica de los parámetros clave que definen cada uno de los ciclos de prueba.
El análisis de la tabla demuestra que el ciclo NEDC es el menos exigente y, por lo tanto, el que produce los resultados más optimistas y menos realistas.
El WLTP mejora notablemente al introducir una mayor dinámica, velocidades más altas y la consideración del equipamiento opcional, lo que lo acerca más a las condiciones reales de conducción.
Sin embargo, el ciclo EPA se distingue por su enfoque exhaustivo, llevando la prueba hasta el agotamiento total de la batería y simulando condiciones extremas, lo que lo convierte en un estándar más riguroso y transparente.
Las cifras de autonomía publicadas por los fabricantes a menudo son mayores que la autonomía que un conductor experimenta en el uso diario.
Es fundamental comprender que esta discrepancia no se debe a un engaño por parte de los marcas, sino que es una consecuencia inherente a la naturaleza de los ciclos de prueba estandarizados.
El propósito de un test como el WLTP o el NEDC es, en primera instancia, proporcionar una base comparable entre modelos bajo las mismas condiciones controladas de laboratorio, no predecir la autonomía individual de cada conductor.
La diferencia reside en que las pruebas de laboratorio no pueden simular todas las variables del mundo real, como el tráfico inesperado, las variaciones de la topografía o el uso constante de la climatización.
Un ejemplo de esta brecha es que, aunque el WLTP es más realista que el NEDC, aún se estima que sobreestima la autonomía en alrededor de un 10%.
En contraste, el EPA mitiga esta brecha al incluir escenarios más rigurosos, como pruebas con ciclos de uso intensivo y condiciones extremas, lo que resulta en cifras más conservadoras y, por lo tanto, más confiables.
La siguiente tabla ilustra la relación entre los diferentes estándares de prueba en términos de su grado de realismo y una estimación de su factor de desviación respecto a la autonomía real.
El Gobierno de Argentina ha implementado políticas para incentivar la importación de vehículos eléctricos e híbridos.
Para acceder a estos beneficios, el gobierno ha simplificado los trámites de homologación para los vehículos que provienen de "mercados de alta vigilancia" en materia de seguridad y medioambiente.
Esta simplificación se basa en aceptar certificaciones internacionales, como la norma técnica UN ECE/TRANS/WP.29/343, emitida por organismos reconocidos por las Naciones Unidas.
La política de homologación no solo impacta la economía, sino que también determina qué estándares técnicos predominan en el mercado local.
Al aceptar las certificaciones internacionales, Argentina se alinea de forma automática con las normativas de los mercados de origen de los vehículos.
El análisis demuestra que el WLTP se ha establecido como el estándar de autonomía de facto en el mercado argentino.
Esta situación es una consecuencia directa de la política de homologación que acepta certificaciones internacionales, y del origen de las importaciones de vehículos eléctricos de mercados que ya operan bajo este ciclo.
Si bien el WLTP representa un avance significativo frente al obsoleto NEDC al ofrecer una estimación más cercana a la realidad, aún presenta una brecha considerable con el rendimiento en el mundo real, a diferencia del estándar EPA, que es más riguroso.
Para el consumidor, la autonomía publicada bajo el ciclo WLTP debe ser vista como un valor de comparación y no como una promesa absoluta.
La verdadera autonomía de un vehículo eléctrico, por ejemplo en Argentina, depende de una compleja interacción de factores como el clima, la topografía y el estilo de conducción, así como la limitada infraestructura de recarga.
A medida que el mercado de vehículos eléctricos continúe creciendo y se expanda más allá de los centros urbanos, es posible que se requiera una mayor transparencia en la comunicación de las cifras de autonomía.
Esto podría manifestarse a través de la adopción de un estándar más riguroso o incluso el desarrollo de una normativa local que considere las particularidades regionales para reducir la brecha entre la expectativa y la realidad del conductor.
La marca RAM organiza sus pick-ups según capacidad de carga, versiones y ediciones históricas como Power Wagon. Te contamos cómo leer su nomenclatura y qué significa cada denominación.
La automotriz del óvalo lanzó un plan de producción disruptivo para competir en costos y eficiencia con los fabricantes chinos. La asociación con JMC anticipa el camino hacia una nueva era industrial.
Con más del 38% del mercado global de baterías para autos eléctricos, CATL combina escala, innovación y alianzas estratégicas para consolidar un dominio que redefine el futuro de la industria automotriz.
GWM analiza instalar un segundo complejo industrial buscando convertir a ese país en su base para Sudamérica.
Hay tres maneras a nivel global de determinar la cantidad estimada de kilómetros que puede recorrer un auto eléctrico. Conocé este factor decisivo de compra.